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REFLEXIONES ESPIRITUALES PARA EL ALMA

Publicado por Guía Sanadora jueves, 21 de julio de 2011

El agua que purifica

L a persona santa es exactamente como el agua debido a que está libre de toda contaminación, es gentil por naturaleza y al hablar crea una hermosa vibración semejante a aquella del agua que fluye. Simplemente por ver, tocar u oír a tal persona santa, la entidad viviente se purifica del mismo modo en que uno se limpia al contacto con el agua pura. Así pues, una persona santa, lo mismo que un lugar santo, purifica a todos aquellos que entran en contacto con ella, por estar siempre cantanto las glorias del Señor".

Así como el agua pura es transparente, la persona santa, libre de toda contaminación, manifiesta a la Personalidad de Dios dentro de su corazón. Tal amor a Dios es la fuente de toda felicidad. El agua produce la vibración más agradable a medida que fluye y forma cascadas; de igual modo, la vibración sonora del devoto puro del Señor, es la más encantadora y hermosa.


La busqueda verdadera

Debemos inquirir acerca de Dios. Pero antes debo indagar: "¿Quién soy? ¿Dónde estoy? ¿En que dirección debo ir para acercarme al reino Superior?
Siempre estamos indagando, pero ¿acerca de qué? Ahora debemos abrir nuestros corazones de par en par e indagar acerca de El. Esta es nuestra verdadera necesidad. No podemos evitarlo. Y no podemos.
La indagación acerca de Dios es la más elevada. Es una necesidad natural que existe en nosotros para nuestro propio bien.
Un hombre sensato que no desea engañarse a sí mismo, no puede rehuir la búsqueda de Dios.

La cosa más común de nuestra naturaleza es inquirir acerca de la felicidad. Esta es la pregunta habitual de todos los seres; pero de lo que no nos damos cuenta es de que en el encuentro con el Ser Supremo está la tan anhelada felicidad.

· Progresen en el camino correcto.
· La meta más elevada de toda la creación es alcanzar a Dios.
· Al alcanzar la meta verdadera serán armonizados y solucionados todos nuestros problemas.


"En la actualidad nos encontramos combatiendo en un tierra extraña por un resultado ficticio; pero una dulce onda viene de lo alto para salvarnos y llevarnos a casa.

Lo único que se espera de nosotros es que nos unamos a la búsqueda de Dios y marchemos hacia la región divina. Unámonos a la marcha universal, vayamos de regreso a Dios.


La sabiduría popular afirma que la paciencia es el arte de saber esperar. El problema con esta definición no radica en lo innecesario que es saber esperar, más bien en creer que nuestra actividad principal cuando no podemos acelerar el tiempo es, precisamente, esperar.

Nuestro llamado primordial en la vida es a orientar nuestra existencia total hacia una respuesta a las permanentes invitaciones de Dios a caminar con él y buscar su mover en las situaciones más frustrantes. De esta manera podríamos definir la paciencia como el desafío de disfrutar de la presencia de Dios cuando las circunstancias nos invitan a la preocupación, la ansiedad y el afán.

Considere la siguiente situación, típica de nuestra existencia. Estamos esperando en una fila para hacer un trámite en alguna oficina del gobierno. Hemos entregado los papeles para iniciar el trámite y ahora no podremos retirarnos del lugar hasta que se finalice la gestión. En cierto momento llega un oficial e informa -los presentes ya están molestos- que el sistema de las computadoras se ha caído. Todos deberán esperar hasta que el sistema se habilite de nuevo. De inmediato pensamos en la lista de tareas urgentes que nos esperan en el trabajo. Comenzamos a caminar por el lugar con pensamientos airados contra el gobierno, sus empleados y el sistema al que están sujetos. Cuanto más tiempo pasa, más notoria es nuestra agitación interior y más visible nuestro fastidio. Es acertado afirmar que estamos esperando; pero no estamos disfrutando del momento. Nos hemos perdido de la oportunidad de meditar en Aquel que proclamamos como ¡el ser más importante del universo! DIOS.

Para pensar:

El mayor desafío cuando estamos fastidiados por las «intolerables» demoras que debemos «soportar» es el de aquietar nuestro espíritu. Es nuestra responsabilidad quitar los ojos de las circunstancias y elevarlos a Dios, para saber que él reina soberano en todo momento. La próxima vez que se encuentre en una situación sobre la cual no tiene control, lleve su espíritu a la presencia Dios y deje que él le conduzca junto a aguas de reposo

A veces los días parecen ser oscuros a pesar de tener un sol radiante sobre nuestra cabeza…. A veces las flores parecen marchitas, a veces queremos desaparecer, no queremos enfrentar la vida tal y como es….

A veces el camino parece estar lleno de pantanos y grietas infinitos.
A veces la parálisis nos invade, desarmados completamente caemos en la tristeza, la desilusión, el desgano; sentimos la horrible sensación de no poder hacer nada bien, tomamos caminos de fácil acceso que a ningún lado nos conducen; nos invade la soledad y ocupamos el vacío con gente vacía y el resultado es una lista interminable de momentos más vacíos aún.

Tenemos miedo...pero un miedo creado, impuesto por una sociedad materialista que nos infunde día tras día las ansias por el tener; y es de allí que derivan nuestras mayores preocupaciones y tristezas…. Pues al no tener lo que supuestamente dicen que nos hará felices, nos sentimos frustrados… desanimados,!!
PERO NO ES ASÍ, DETENTE…..Renuncia a esa loca carrera por tener mas y mas….. Mírate por un momento sin esas cosas que supuestamente te hacen feliz...y veras con gran sorpresa que estarias mas feliz sin ellas… no crees falsas necesidades en tu vida…despréndete de esas falsas creencias… empieza hoy mismo, observa como puedes ser feliz sin esas cosas…. La vida esta llena de cosas maravillosas… Descubre que son las cosas más sencillas las que nos permiten estar satisfechos y con una gran sonrisa en nuestro rostro…

Amigos, busquemos la verdadera felicidad, esa que nos dirige hacia nuestro Padre Supremo…esa que nos enseña a llevar felicidad a los demás….pensemos que en cualquier momento, esta oportunidad que se nos ha dado, terminará… así que aprovechémosla,,,, dediquémonos hoy mismo a servir, a buscar, a realizar el verdadero objetivo supremo de la vida….. Sigamos ese sendero que tantos santos han seguido…ese sendero que ya esta marcado por grandes personas que supieron entregar su vida para servir.. para AMAR….

La felicidad es un don que poseemos todos, pero cultivarla y compartirla es un hermoso trabajo que implica esfuerzo, dedicación y tiempo, pero por sobre todas las cosas amor, el sentimiento más hermoso.
que el Amor es el Arte y Ciencia de darles Felicidad a los demás. ¿Y qué es la Felicidad? La Felicidad es Dios, el Bien Absoluto y Eterno; Dios es el Éxtasis Divino, es el Amor Mismo, ¡Dios es Amor!; por lo tanto, no puede haber Amor Verdadero si Él no está en el centro de nuestras vidas...”

¡Cuánta lógica encontré en estas sabias palabras! ¡Cuánto sentido común! Esta era una Gran Verdad.

“Nuestra Felicidad y Perfección está en nuestra relación amorosa con Dios y con los demás. Pero para tener Amor, debemos limpiar nuestro corazón de la ira, de la lujuria, el orgullo, egoísmo, rencor, codicia y de todas las malas cualidades... de otro modo no vamos a poder sentir Amor por nadie y menos Amor Puro por Dios. Pero los Santos Nombres del Señor tienen la facultad de limpiar nuestro corazón y entregarnos todas las virtudes… principalmente las virtudes de Servir y Amar...”

“... El Verdadero Amor según las Escrituras Védicas implica Sacrificio y Servicio. Aquellos que aman de verdad se sacrifican y se dedican a servir a la humanidad y no sólo al hombre sino a todas las entidades vivientes porque Amar a Dios significa Amar Su Creación...”

Dichosa la Vida

Señor, mira ante ti a nuestra familia. Te damos gracias por el techo que nos cobija, por el afecto que nos une; por la paz que en el día de hoy nos ofreces; por la esperanza con que aguardamos el día de mañana; por la salud, el trabajo, el sustento, el claro cielo con que nos alegras la vida; por los amigos que en todas partes del mundo tenemos y por quienes en este lugar nos prestan amistosa ayuda.

Colma de paz, Señor, nuestra pequeñez. Limpia nuestro corazón de latentes rencores. Infúndenos bondad y fortaleza para sufrir y perseverar. Ofensores nosotros mismos, muévanos tu gracia a entender y perdonar a quienes nos ofendan. Ingratos, ayúdanos a soportar con ánimo conforme la ingratitud ajena.

Danos valor, alegría, y sosiego de espíritu. Guárdanos en el fecto del corazón amigo; y ablanda el corazón del enemigo. Ampáranos en todos nuestros sanos esfuerzos, si tal es tu voluntad. Si no lo fuere, danos entereza para que, al sobrevenir lo que nos esté destinado, tengamos valor en el peligro, firmeza en la tribulación, templanza en la ira y las vicisitudes; y hasta las puertas de la muerte, lealtad y afecto los unos para con los otros.

Barro en las manos del alfarero, aspas de molino que el viento anima, hijos del Padre Universal, de Ti, Señor, por el amor de Jesucristo imploramos piedad y ayuda.

Utilicemos todo lo que Dios nos ha dado para un propósito superior. Debemos ser generosos, procurar sacar el mejor provecho de todo lo que tenemos: si somos poderosos debemos proteger a los indefensos, si somos sabios debemos guiar a los ignorantes, si somos ricos debemos ayudar en las emergencias, si tenemos cosas a las que no les damos ningún uso, como ropa, muebles viejos, etc, podemos donarlas para gente menos privilegiada, si somos empresarios debemos ayudar a las personas mas necesitadas a encontrar trabajos estables y con buenos tratos, si tenemos comida en exceso, debemos preocuparnos por darle a la gente que no tiene que comer, si somos médicos conscientes debemos apoyar a los enfermos de bajos recursos y darles caridad de tratamiento gratuito o a muy bajo costo, si somos administradores debemos tratar a aquellos que dependen de nosotros como si fueran nuestros propios hijos y si tenemos que ver con animales, debemos reconocer sus derechos para que no sufran por culpa nuestra.

La generosidad en la modalidad de la bondad tiene muchas facetas, aprende como ayudar a los demás participando en la distribución de comida vegetariana a gente necesitada, repartiendo ropa a los pobres, etc..

Quien no tenga dinero que le sobre, al menos tendrá algún tiempo extra para ayudar a la expandir su servicio a la humanidad



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